Cómo estamos hoy...
Hola, buenas tardes.
Este es un comentario que quiero hacerles, acerca de la situación que nos toca vivir hoy, en relación a nuestra profesión y actividad inmobiliaria.
La realidad es que esta cuarentena ha afectado de manera considerable nuestra tarea; y no es que haya significado una reducción de actividad, o una afectación indirecta o que al no poder abrir nuestras oficinas se pueda trabajar por otros medios y vías. No es sólo eso; nuestra actividad se paralizó por completo, no existe; y el panorama no es lo más alentador, puesto que las actividades que van permitiendo paulatinamente, son las de mayor necesidad, por lo que si el producto no es ni necesario ni urgente, pues habrá que seguir esperando buen tiempo más.
Y es que no se trata solamente de poder abrir una oficina para atender al público. En estos momentos, eso ni siquiera resuelve la cuestión. Hoy por hoy, no se pueden realizar operaciones de compraventa; porque está cerrado el Registro de la Propiedad Inmueble, porque las escribanías no están habilitadas para abrir aún, y cuando las habiliten lo será para determinadas actividades específicas, lo mismo que está sucediendo con los Juzgados; son cosas muy puntuales las que se pueden realizar actualmente. O sea, que sin toda esa maquinaria en marcha no pueden realizarse operaciones. Al menos oficialmente y con respaldo legal.
Al mencionar esto, quiero decir que aún abriendo las inmobiliarias, y respetando todo el protocolo que corresponda, está muy lejos de poder trabajarse de modo normal.
Y lo anterior es sólo una parte de la cuestión. El otro tema por demás importante y rotundo, es que hoy no podemos tener valores de propiedades. En su momento habremos tomado propiedades a la venta cuando el dólar estaba a 40. En poco tiempo fue a valer 60; y en breve pasó a 80. Los valores de venta ya fueron retocados en esas oportunidades; fue necesario hacerlo.
Veníamos de un par de años de regresión, años muy malos para el mercado; sabido es que la depresión en 2019, fue la mayor en varias décadas de la actividad; récord histórico de baja cantidad de operaciones. Y para esta última temporada de verano, volvimos a sembrar esperanzas a pesar de todo ello. Pero era impensado que toda esta situación nos iba a llegar en marzo para afectarnos profundamente: y a todos.
Y ahora tenemos que ver un dólar que avanza vertiginosamente; cierre de hoy a un máximo histórico de 138 pesos. Entonces, se nos hace imposible poder definir valores.
No podemos definir nuevos valores mientras tengamos estos tres motivos en danza: uno, que el dólar no para y no sabemos cuándo lo hará ni a cuánto; otro que, tampoco sabemos cuándo termina esta situación de cuarentena que todo afecta y limita, y por último tampoco sabemos cuando llegue el momento de salir de este tremendo lapso y comenzar de nuevo, como estará y habrá quedado el escenario; como quedó la situación económica después de este tsunami; cuántas empresas o negocios habrán tenido que cerrar; cuántas personas se habrán quedado sin trabajo y tanto más…
O sea que son varios los motivos por los que nuestra actividad está estancada y paralizada.
En fin, ésta es la realidad actual. Quienes estamos en la actividad, seguramente estamos aprovechando el tiempo para pensar, aprender, formarnos, buscar ideas y alternativas para mejorar la atención y los métodos.
Personalmente y en general, yo soy una persona que siempre ha de mirar la mitad del vaso lleno; así, naturalmente. Y mi deseo, es que ojalá todo esto pase pronto; ya hemos pasado varias crisis y de todas salimos. Sólo creo que ésta no es una crisis más.
Y cuando todo esté más tranquilo y estable, seguramente volveremos a hablar de valores. Habrá que reinventarse; habrá que elegir entre quedarnos inmóviles o enfrentar; y creer que entre las dificultades se esconde la oportunidad.
Leí por allí que en situaciones de este tipo, hay que optar entre: túnel o pozo.
Obviamente, y porque mi identidad así me lo traza: elijo el túnel.